lunes, 21 de noviembre de 2011

La Isla


Día 0

Amanecía una mañana tranquila en la isla de “El límite” cuando dos jóvenes se levantaron a realizar sus actividades matutinas. Mientras Shin salía a correr por el pueblo Harumi realizaba sus ceremonias y realizaba una serie de katas con su bokuto.

Tras realizar estas actividades se dirigieron al instituto disfrutando de la tranquilidad que les proporcionaba la isla. Un cielo azul despejado, un sol radiante, gente amable y, en general un ambiente de calma y tranquilidad envidiable sólo interrumpidas por algún que otro incidente menor.. En el instituto se celebraba uno de esos eventos deportivos de un club en particular, en este caso uno de atletismo, y toda la gente estaba alborotada realizando apuestas ilegales o simplemente especulando sobre quién sería el ganador de este año. Ya en clase Shin se vio acosado por Jeremiah, quién se burlaba de él, pero se vio derrotado ante la muestra de frialdad ofrecida por Harumi hacia su persona. Tras las clases se realizó el evento de atletismo, en el cual participaban tanto Shin como Harumi. La carrera comenzó con la ventaja para Shin, pero de entre los espectadores surgió una figura alta y con cuernos que intentó placar a Shin y bloquearle el paso (un jayán nephilim). De este modo Jeremiah consiguió adelantarse con una sonrisa burlona. No obstante Harumi usando su arco de prácticas y sus poderes de balística consiguió entretener al gigante lo suficiente para que Shin pudiera hacer una finta y retomar la carrera y, realizando un gran esfuerzo, ganarla.

Mientras tanto un joven Jax miraba con orgullo el estado de su cultivo, al que había dedicado los esfuerzos de ese día. Y el sol se puso un día más.

Prólogo: Cae la lluvia

Día 1

Aquel día no amaneció como el resto. El sol brillaba tan radiante como siempre, pero a lo lejos se oían explosiones, como truenos de una tormenta lejana e invisible. Los guardias de la ciudad estaban visiblemente nerviosos, así como la mayoría de los ciudadanos con los que se encontraron en aquella mañana. A media mañana en el instituto se oían rumores sobre que la madre de Jeremiah estaba muy enferma y se temía por su vida. Pocas horas después el pueblo y el propio Jeremiah recibían la noticia del fallecimiento de la mujer.

A la salida del instituto la madre de Shin, con aspecto preocupado y ligeramente demacrado anunció que esa noche los 3 amigos y el padre de Harumi cenarían juntos en casa de Shin. En la cena hablaron sobre la triste noticia del día y de como, desde que su made enfermó, jeremiah se había vuelto más arisco y frecuentaba malas compañías. Amén de esto Shin preocupado por el aspecto de su madre intentó descubrir que le pasaba, pero ella le respondió con evasivas. después de la cena lso padres de los muchachos se quedaron bebiendo y charlando mientras que ellos subieron a la habitación de Shin. Desde su balcón pudieron ver algo que nunca habían visto, nubes negras desde el este, sobre el océano, nubes de tormenta, algo que jamás había ocurrido, con algún rayo azul quebrando el cielo a lo lejos, y frio, la temperatura había bajado, cosa que nunca había ocurrido. Harumi empezó a sospechar entonces que algo iba a ocurrir en la isla, y los tres decidieron que, tras el funeral, desobedecerían una de las reglas fundamentales de la isla, botarían un barco y navegarían lejos del límite permitido, aquel al que supuestamente los monstruos marinos no se acercaban.

Y así, con ese pensamiento flotando en sus mentes durmieron placidamente (después de que Shin dejó de roncar) con los estruendos de los truenos que cada vez sonaban más cercanos acechando su descanso.

Día 2

Shin se despertó temprano, como era habitual en él, y medio dormido empezó a bajar las escaleras en busca de algo comestible. Cual sería su sorpresa que encontró en la entrada a su madre hablando con el capitán Aurelius Martius. Shin se extrañó pues aún sabiendo que el capitán era un buen hombre tenía fama de ser estricto y serio y nunca había realizado ninguna visita a su casa. Interesado Shin se acuclilló en la escalera y escuchó.Captó una conversación en la cual sacó en claro que posiblemente alguien atacaría la isla próximamente y que, debido a ello y a la repentina muerte de Felicia (la madre de Jeremiah) tenían que decir la verdad a los habitantes de la isla. También vislumbró como su madre intentó tomar la mano del capitán y este, con una visible cara de sufrimiento, le dijo que quizás pudieran después del funeral, abandonando instantes después la casa con aire sombrío.

Confundido Shin subió a su habitación despertando a sus amigos y contándoles lo que había visto y escuchado. Harumi abrió entonces la ventana y asomandose vió algo que la llenó de sorpresa, y en su mente se empezó a formar una idea. En la isla estaba lloviendo. No era una lluvia fuerte, pero era lluvia, algo que jamás había sucedido en todos los años que llevaban en la isla, y hacía frio, más frio que el día anterior. sin embargo le extrañó algo. sobre ellos colgaban nuves grises, sin embargo la tormenta en el este no se había movido. Con la cabeza llena de conjeturas decidieron ir al funeral.

Cuando llegaron las nubes se habían despejado, no obstante a lo lejos se veia aun la tormenta, que no se había movido, sin embargo los truenos eran cada vez más frecuentes y sonaban con más fuerza. Ahí en el cementerio, junto al ángel femenino esculpido en piedra negra (aparentemente) que miraba melancólicamente hacia el este, ahí donde se cernía la tormenta, fué enterrada Felicia. El alcalde dijo unas palabras hasta que emocionado dejó hablar al capitán Aurelius. Éste ataviado con una armadura con el símbolo grabado de un león blanco les habló entonces de que podían haber salvado a esa mujer si hubieran dejado al lado sus prejuicios, y que era el momento de que supieran que las cinco piedras negras que estabn repartidas en la isla (incluida la del angel), cada una mirando a una dirección habiendo una más grande en el centro, habían conformado la que era hasta la fecha su prisión y su salvación. Fue entonces cuando el capitán se dispuso a decapitar a aquel ángel negro. Sin embargo, en el cúlmen del momento una enorme explosión hizo temblar la isla, un trueno como ningún otro, como si algo se hubiera roto y una espada atravesaba el pecho del capitán. A lo lejos uno tras otro surgían barcos, todos con una enorme cruz negra en sus velas blancas. La gente empezó a huir despavorida mientras los guardias cerraban filas alrededor del capitán herido. los personajes se vieron arrastrados por la multitud. Se dirigieron al gimnasio del instituto, donde cogieron diversas armas de práctica. entonces las campanas empezaron a repicar y supieron que los invasores habían llegado al pueblo. Salieron fuera donde se encontraron con la madre de Shin, la cual les condujo hacia su casa, donde había una ruta de escape. Debajo de las tablas del salón había una trampilla hecha de metal negro. uno tras otro fueron pasando. de pronto un hombre de largo pelo marrón vestido de negro, con una cruz estampada en el pecho y dos espadas, una roja y otra negra (una de ellas la que había empalado al capitán) entró en la casa derribando la puerta. la madre de shin con movimientos inhumanos empujó a su hijo dentro del túnel sellando la trampilla tras de si. No importó cuanto lo intentó, la trampilla no se abrió, y silenciosas lágrimas cayeron por su rostro mientras caminaban por el angosto túnel, sólo iluminado por unas tenues lineas azuladas en las paredes del pasillo.

Cuando habían caminado unos 15 minutos se encontraron con un guardia portando una linterna en mitad del pasillo. Les indicó que siguieran, ya que encontrarían a alguien que les podría explicar más de toda aquella locura mietras él protegía el lugar del hombre de la máscara. Así lo hicieron, y un tiempo después llegaron a una amplia sala cuyas paredes eran metálicas y recubiertas por extraños circuitos azules. en el centro una enorme piedra(?) negra y apoyada en ella, inerte, el capitán Aurelius. cuando recobró la consciencia los miró a todos y les explicó que esa isla era un experimento para descubrir si las distintas razas podían convivir, pero que había gente que no quería que eso pasara. Además les contó que por una razón demasiado compleja para contarla en esos excasos instantes era de vital importancia que sobrevivieran, que toda la gente que moriría hoy moriríra protegiéndoles. Dicho esto entregó su espada a Shinji quién se interesó por la relación entre el y su madre. Él colocó una mano en su hombro y le dijo que algún día lo entendería. Luego les miró a todos y se disculpó por no haber podido protegerlos y abrió la piedra, la cual no era otra cosa que una máquina y les entregó un mensaje para una mujer llamada Nadya, que debería de ayudarles cuando aterrizaran. Uno tras otro los confusos personajes fueron entrando en la cabina, pero Harumi se dió la vuelta y con una sonrisa radiante dijo "muchas gracias por habernos protegido". Aurelius bajó la vista y una silenciosa sonrisa cruzó sus cuarteados labios. Una vez que estuvieron dentro Aurelius empezó a teclear en el aire, creando runas ahí donde se posaban sus dedos y murmurando extrañas palabras. Finalmente tocó la "piedra" y esta se recubrió de runas rojas. Harumi sintió un agudo dolor de cabeza y se desvaneció. Entonces la puerta del laboratorio se abrió de golpe y el hombre enmascarado entró en la estancia. Aurelius se dió la vuelta y desenfundó su daga. Los personajes nunca supieron lo que hablaron, pero el hombre se quitó la máscara antes de atacar al capitán por ultima vez.

Y entonces la máquina se elevó y vieron la destrucción en la isla, el fuego y los cadáveres y el padre de Harumi en medio de la lucha miró al cielo y sonrió. se dirigieron hacia el este surcando los cielos, pasando por encima del ángel negro que, cubierto por la sangre del capitán miraba hacia la tormenta a la que la nave se dirigía. Entraron en la tormenta como una exhalación y cuanto más se adentraban más rayos azules se cernían sobre la máquina. El cristal de la empuñadura de la espada de Shin emepzó a refulgir con un brillo azulado a su vez. Y chocaron contra algo invisible y la nave peleó por avanzar mientras los rayos la sacudían. Entonces un estallido y los personajes perdieron el sentido.

Habían abandonado la isla.


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